
Preparar la Voz para la Actuación: ¿Por Qué También es Vital para Actores y Actrices de Teatro de Texto?
mayo 9, 2025En el camino de la actuación, muchas veces esperamos que el mundo nos otorgue un permiso. Una señal, un trabajo soñado, una validación externa que nos indique que “ya estamos listos” o que “ahora sí, somos actores”. Pero la verdad es otra: la carrera se construye desde el primer día que decidimos actuar, y se moldea con cada decisión que tomamos.
Muchos se preguntan si es posible construir una carrera artística eligiendo con libertad, si se puede trascender sin perder el deseo, si se puede ser fiel a uno mismo incluso cuando lo económico condiciona. La respuesta no es sencilla, pero sí es honesta: sí, se puede… si se está dispuesto a asumir las consecuencias de cada elección.
Y hay un planteo ineludible que debemos hacernos en algún momento: entender que la carrera es como un negocio, en el que nosotros somos a la vez el producto y su envase. Lo que mostramos, lo que decidimos exponer, lo que cuidamos y lo que ofrecemos: todo eso habla de nosotros.
Escribí hace un tiempo en mi obra Desilusiones de putas y payasos:
“Y ojo con el que diga que ser puta, para poder ser artista, no es digno.”

Todos, de algún modo, lo somos un poco. Todos hemos hecho cosas que no eran nuestro sueño con tal de sostener la elección futura. El punto está en elegir dónde y para qué.
Yo, por ejemplo, siempre quise hacer Ricardo III. Pero para llegar a él tuve que hacer muchas obras antes. Y no cualquier obra: aquellas que me permitieran aprender, sostenerme, entrenar, pero también preservarme. Nunca quise ser uno más, entonces no podía seguir el mismo camino que todos. Decidí no audicionar para otros, y en cambio, crear mis propias oportunidades, mostrar de mí algo diferente. Algo que nadie me iba a dar la oportunidad de exponer en su escenario.
Así, construí con la austeridad de mi pasado económico la comodidad de mi presente.
Porque para mí, la comodidad no es el lujo, es ganar mi dinero haciendo lo que quiero, no lo que se me presenta. Y para llegar ahí, tuve que sacrificar muchas cosas. Tuve que poner en pausa algunos deseos en mi juventud, para no hipotecar los del futuro.
Entonces, cuando te preguntes si estás avanzando en tu carrera, no mires solamente cuántos trabajos hiciste. Preguntate:
¿Estoy construyendo la carrera que quiero tener? ¿O estoy simplemente aceptando lo que aparece?
Porque se puede actuar desde el deseo incluso en los proyectos más pequeños. Y se puede también actuar sin deseo en los proyectos más grandes.
En IFAM, lo decimos siempre: actuar es construir un camino, no recorrer uno ya trazado.
El arte se hace con hambre, con visión y con mucha más estrategia de la que a veces queremos admitir. Pero también se hace con fuego interno, con deseo, con verdad.
Ser artista no es tener suerte. Es ser valiente y asumir los riesgos
Nicolás Pérez Costa